domingo, 22 de junio de 2008
Incluso la persona más insignificante puede cambiar el curso del futuro
Hay momentos en que, sin darnos cuenta, ciertas cosas se nos quedan grabadas en nuestra mente y no les damos el más mínimo valor, pero más tarde regresan y las recordamos a la perfección. Sin embargo, las más importantes se nos van tan lejos que pensamos que nunca ocurrieron, que tan sólo fueron un sueño.
El mundo está lleno de cosas grandes y de cosas pequeñas, pero ¿quién decide llamarlas grandes y pequeñas? Cuando nos ocurre algo o perdemos a alguien que de verdad nos importa únicamente nos fijamos en eso. Da igual que el universo se acabe a nuestro alrededor, no nos importa, no nos importa nada.
Y es que las personas no son más importantes por estar cerca de nosotros, sino porque pensamos en ellas. Existimos porque alguien piensa en nosotros.
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