viernes, 21 de enero de 2011

Cuando mi enemigo es el tiempo...



En ocasiones las palabras surgen en el momento y lugar más insospechado. Y son demasiadas como para borrar los recuerdos y dejar que el cielo se escape de las manos.

Caminar... entre el pasado y el futuro, sin que los relojes se detengan a mi paso… y seguir caminando con el absurdo del dolor y sin más sueños que aquellos que se olvidaron. Entonces sonrío, tal vez para olvidar las heridas, quizá porque así me lo enseñaron para disimular las emociones.

Caminar... sin exigir que las heridas cicatricen pronto, sin dejar que los ojos se cubran de lágrimas demasiado grandes y dejando los recuerdos para el olvido.

Caminar… y fingir que todo va bien y que lo mejor es conformarse con la realidad.

Caminar… sin mirar atrás.

P.D.: He vuelto, tengo mucho que leeros... y mucho que escribiros. Prometo hacerlo.