domingo, 2 de noviembre de 2008

Volver a jugar



Día de lluvia, recuerdos y pensamientos de pasado y futuro.

En ocasiones desearía volver a tener cuatro o cinco años, cuando mis dos preocupaciones eran saber dónde se habían escondido mis amigos y llegar antes que ellos a la pared para eliminarlos cuando jugábamos al escondite. Años después las preocupaciones han aumentado… y las dudas también.

Dicen que en la vida sólo hay una cosa segura: la muerte, o que llegado el momento habremos de rendir cuentas a quien corresponda –allá cada cual con sus creencias-. Y es que, por mucho que nos esforcemos y por muy buenas que sean nuestras intenciones, siempre cometeremos errores, haremos y nos harán daño y, entonces, sólo tendremos una salida: perdonar… o eso es lo que dicen.

Perdonar… no niego que sea un buen consejo pero, la verdad, no demasiado práctico. Si alguien nos hiere desearemos herirle, si alguien nos trata mal querremos devolvérsela o al menos buscaremos razones para tratar de justificar nuestra venganza. Sin perdón las cuentas pendientes nunca quedan saldadas, las heridas jamás cicatrizan. Quizá lo máximo que podemos esperar es que algún día tengamos la suerte de olvidar.

¡Cómo desearía volver a jugar al escondite!